La cifra de refugiados y migrantes venezolanos tiende al aumento progresivo
El 5 de enero de este año, el Alto Comisionado de los Refugiados para las Naciones Unidas (en adelante el ACNUR) informó que el número de refugiados y migrantes venezolanos asciende a 4,810,443,.00. según la actualización más reciente correspondiente al 5 de febrero del 2020[1].
La cifra es alarmante, pues estamos hablando de casi 5 millones de personas que se han visto obligados obligadas a dejar Venezuela a causa de la grave crisis humanitaria que enfrenta este país. Lo preocupante de esta situación es la tendencia al aumento de esa cifra, que, de acuerdo a estimaciones del ACNUR, superaría los 6.5 millones en el 2020[2]. Es por ello que esta organización lo ha considerado como “el mayor éxodo en la historia reciente de la región y una de las mayores crisis de desplazados en el mundo” [3].
Frente a la crítica situación de inestabilidad política, socioeconómica y las constantes violaciones a los derechos humanos, reflejado en la violencia, inseguridad, la falta de
alimentos, medicinas y servicios esenciales, muchos venezolanos han abandonado su país que para buscar un ambiente que les permita vivir de una manera digna y segura. Frente a esta situación, millones de venezolanos se vieron obligados a abandonar sus hogares dirigiéndose principalmente, a países de América Latina, donde han solicitado asilo.
Los países de la región han realizado innumerables esfuerzos, dentro de sus posibilidades, para poder brindar la protección internacional que los refugiados necesitan. De esta manera, varios de ellos abrieron sus fronteras y les dieron facilidades como el otorgamiento de permisos de residencia o de permanencia legal con el objetivo que puedan acceder a servicios básicos como de salud, educación y tener un empleo formal y remunerado.
Tal es así que, por ejemplo: (i) Colombia, busca otorgar permisos de trabajo para personas venezolanas, naturalizando a los bebés de padres venezolanos que nacieron en dicho país , recurriendo a diferentes tipos de órdenes ejecutivas para proteger y proporcionar ayuda; (ii) Perú está otorgando visas humanitarias con el fin de abordar la necesidad de los venezolanos que buscan refugio; y, (iii) Brasil está reconociendo como refugiados a cualquier persona que sea de Venezuela, siendo que la cifra actual ascienda a 37.000[4].
Estas acciones demuestran la solidaridad de la región frente a la crisis de refugiados venezolanos.
Sin embargo, es necesario tener en cuenta que varios de estos países tienen necesidades, problemas (ya sean económicos, políticos o de cualquier otra índole) y sus propios retos, los cuales muchas veces les resulta complicado de afrontar. Un ejemplo sería el hecho que América Latina es considerada como una región que enfrenta complicados retos en derechos humanos, lo que además la convierte en un territorio con creciente aumento de habitantes desalojados que buscan seguridad lejos de sus comunidades [5]. Sin lugar a duda, estos factores no les permiten (a algunos países más que en otros) o les dificultan poder brindar una respuesta eficiente a los refugiados venezolanos.
Además, es fundamental tener en consideración la capacidad de los sistemas de asilos de los países de la región, pues de estos dependerá que la protección sea eficiente o no. Mientras más consolidado, fuerte y avanzado (es decir, en términos de la construcción) sea el sistema; el país de acogida podrá brindar una eficiente protección. Sin embargo, los países no cuentan con los mismos niveles de capacidad de los sistemas de asilo, incluso algunos de estos sistemas presentan debilidades por mejorar.
La crisis de refugiados venezolanos no solamente demostró que la región no estaba preparada para recibir una masiva llegada de personas como esta, sino también los problemas del sistema de protección de refugiados de la región. Por ello, el ACNUR ha señalado que los sistemas de asilo en América Latina se encuentran al máximo de su capacidad [6].
En esa línea, es necesario que los gobiernos de la región trabajen conjuntamente para fortalecer los sistemas de asilo con el fin de que estos sean más fuertes, uniformes, eficientes y justos a nivel regional. Pues, así se garantizará que los refugiados, en particular, los refugiados venezolanos, reciban una protección internacional adecuada que les permita vivir de una manera digna.
Fuentes:
[1] ACNUR. Plataforma de Coordinación para refugiados y migrantes de Venezuela. Véase en: https://data2.unhcr.org/es/situations/platform (última consulta el :20 de febrero del 2020).
[2] France 24. Consulta: 13 de febrero del 2020.Véase en: https://www.france24.com/es/20200114-el-%C3%A9xodo-de-venezolanos-que-preocupa-a-los-pa%C3%ADses-de-am%C3%A9rica-latina(última consulta el: 20 de febrero del 2020).
[3] ACNUR. Tendencias Globales. Desplazamiento Forzado en 2018. Ginebra: 2019, ACNUR, pp.24.
[4] Deutsche Welle. Véase en: https://www.dw.com/es/acnur-la-comunidad-internacional-subestima-la-generosidad-de-muchos-pa%C3%ADses-de-latinoam%C3%A9rica/a-52346063 (última consulta: el 20 de febrero del 2020).
[5] Ibid., loc., cit.
[6] Noticias ONU. Véase en: https://news.un.org/es/story/2019/10/1464141 (última consulta el 20 de febrero del 2020).